Blancanieves como caso
Paloma Checa-Gismero parte del trabajo de Pilvi Takala para preguntarse sobre los límites de la representación y la performatividad.
Marne-la-Vallée, primavera de 2009. La artista finlandesa Pilvi Takala vestida de Blancanieves a escasos metros de la entrada de Disneyland Paris. Se ha plantando en la explanada que separa el aparcamiento de las taquillas del parque. Familias atraviesan ese espacio en una suerte de tránsito ceremonial entre la normalidad de cada una de sus vidas y la excepcionalidad del día durante el que formarán parte del universo Disney. Blancanieves saluda, recibe, conversa y se deja querer por los fans. Firma autógrafos y escucha lo que niños y mayores comparten con ella, admirados y sorprendidos ante su presencia. Ella sonríe, ellos también. El cielo sin nubes. A lo lejos, detrás, el castillo de Cenicienta reina sobre la comarca. Sin embargo, también hay una verja detrás de Blancanieves. Ahí están los boleteros, los torniquetes y la frontera entre los dos mundos. Camuflados con el resto del escenario, estos elementos del urbanismo de la fantasía pasan desapercibidos. En el tácito pacto de la visita al parque se incluye un tránsito fácil entre los dos universos, sólo marcado por la compra de la entrada. Read More